sábado, 7 de agosto de 2010

CARACTERÍSTICAS DE LOS VALORES

Los valores pueden ser caracterizados a partir de las siguientes notas:

a. Su Dependencia.- Los valores no existen por sí mismos, necesitan depositario en quien descansar; son como las cualidades de esos depositarios llamados bienes: la belleza de un cuadro, la elegancia de un vestido, la utilidad de una herramienta
Los valores no son cosas ni elementos de las cosas, sino propiedades, cualidades sui generis, que poseen ciertos objetos llamados bienes. En virtud de que los valores necesitan de los bienes, se dice que pertenecen a los objetos, que son no independientes, entes parásitos (necesitan apoyarse en las muletas de la realidad). Antes de depositarse en los bienes, los valores son”meras posibilidades”; para actualizarse necesitan plasmarse, concretizarse en los bienes tangibles.

b. Bipolaridad.- El valor oscila siempre dentro de una polaridad. Toda polaridad encierra los dos valores límites: bueno-malo (moral); verdadero-falso (ciencia); bello-feo (arte). Al primer término de toda valoración se le llama valor positivo y al segundo, valor negativo; a estos últimos también se les llama disvalores o contravalores.
La característica de polaridad o bipolaridad consiste en que los valores se presentan desdoblados en un valor positivo y el correspondiente valor negativo. Es necesario advertir que el disvalor no implica una inexistencia, una negación del valor positivo; el valor negativo tiene tanto existencia efectiva como el valor positivo.

c. Jerarquía.- Hay valores que son considerados superiores (dignidad, libertad) y otros como inferiores (los relacionados con las necesidades básicas o vitales). Las jerarquías de valores no son rígidas ni predeterminadas; se van construyendo progresivamente a lo largo de la vida de cada persona.

d. Durabilidad.- los valores se reflejan en el curso de la vida. Hay valores que son más permanentes en el tiempo que otros. Por ejemplo, el valor del placer es más fugaz que el de la verdad.

e. Integralidad.- cada valor es una abstracción íntegra en sí mismo, no es divisible.

f. Flexibilidad.- los valores cambian con las necesidades y experiencias de las personas.

g. Satisfacción.- los valores generan satisfacción en las personas que los practican.


h. Trascendencia.- los valores trascienden el plano concreto; dan sentido y significado a la vida humana y a la sociedad. Consiste en que los valores se dan de un modo perfecto sólo en su esencia; pero cuando se encarnan en los seres materiales, existen de un modo imperfecto.
Por ejemplo: El adolescente suele concebir los valores en toda su perfección, y no faltan ocasiones en las que sufre una grave desilusión cuando se percata de que la realidad de la vida no está a la altura de su concepción. La justicia, el amor, la fidelidad. La honradez, la bondad en general, siempre están en un nivel inferior al ideal que le corresponde. Lo peor acontece cuando la decepción crea un resentimiento; el sujeto llega a renegar de todos los valores. Porque no encuentra la libertad perfecta, reniega de la libertad y dice que no existe; no encuentra la justicia, la verdad, el amor perfectos, y reniega de ellos y actúa como si no existieran. Esto hay que delatarlo; porque, lejos de ser una actitud aceptable, es simplemente un acto de cobardía y debilidad. Los valores no están encarnados con perfección; pero el hombre es el encargado de encarnarlos con su esfuerzo y su perseverancia. Los valores proporcionan grandes satisfacciones al hombre; pero antes hay que conquistarlos.

i. Preferibilidad.- Consiste en esa particularidad por la cual los valores atraen o inclinan hacia sí mismos la atención, las facultades y, en especial, la voluntad del hombre que los capta. Enfrente de las cosas, el hombre prefiere las que encierran un valor.
En efecto, un objeto o una persona valiosa, inmediatamente nos inclina hacia ella. El hombre tiene una tendencia natural para dirigirse hacia algo valioso. Cuando una persona no ha captado un valor, queda indiferente hacia él, su ánimo no se inclina en pro o en contra. Pero basta atisbar el valor contenido en una persona o en un objeto, para que entre en función toda nuestra capacidad de apropiación. Quien ha captado la belleza, trata de conservarla para sí, e inclusive crearla.

j. Objetividad.- Consiste en que los valores se dan en las cosas o personas (objetos) independientemente de que sean conocidos, o no, por alguien en particular.
Así, por ejemplo, el valor “utilidad” reside en una máquina de escribir, aunque ésta caiga en poder de unos salvajes analfabetos que no conozcan su uso y, por tanto, su utilidad. El valor moral de una persona reside en ella, aun cuando otros la juzguen en sentido opuesto, e inclusive, aun cuando el propio sujeto no sepa valorizar su propia actitud honesta. A propósito de esto, se puede añadir aquí que no es raro que se den casos de alto valor moral en los que el propio sujeto no se percate de los niveles que está viviendo, tan inaccesible para el común de los mortales. También sucede (y esto es lo más común) que la persona se sobre valorice en el orden moral, o intelectual o estético.
Por lo dicho, ya se puede concluir que no es lo mismo el valor que la valoración. El valor es objetivo, se da independientemente del conocimiento que de él se tenga. En cambio, la valoración es subjetiva, o sea, depende de las personas que juzgan. Sin embargo hasta la misma valoración, para que sea valiosa, necesita ser objetiva, es decir, basarse efectivamente en los hechos reales que se están juzgando y no ser un producto arbitrario de las tendencias viciosas o circunstanciales desfavorables del que juzga.

k. Dinamismo.- los valores se transforman con las épocas.

l. Aplicabilidad.- los valores se aplican en las diversas situaciones de la vida; entrañan acciones prácticas que reflejan los principios valorativos de la persona.

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